El británico Mike Carey es uno de esos autores que no acaban de encajar del todo en los esquemas de las Dos Grandes, mientras en DC Cómics se le utiliza, principalmente, para la línea Vertigo en series como Hellblazer, The Unwritten o Lucifer, en Marvel optan por los mutantes o la línea Ultimate. Pero la creatividad del escritor que me fascinó con su saga de libros de Felix Castor (El Diablo que ya conoces y Círculo vicioso) regresa ahora de la mano de BOOM Studios!, una editorial joven y dinámica que está sabiendo sorprender a público y crítica en los USA y que, por ejemplo, es responsable de títulos como Deathmatch, Irredeemable o Supurbia, títulos que tienen mucho que ver con este Riesgo Suicida, ya que en ellos vemos como los autores pueden liberarse de las cadenas que les atan en las Dos Grandes y explorar otro nivel de interacción superheroica, ya sea con un complot que obliga a héroes y villanos a matarse mutuamente, por un “superhombre” que se vuelve loco y subyuga al planeta a su capricho o por un locura de parodia de la JLA. En Marvel o en DC jamás dejarían que nadie fuese por esos caminos, motivo por el que los autores se ven obligados a tirar de viejos trucos (cambios de traje, pactos con el diablo, muertes y resurrecciones, amigos del alma que se pelean y vuelven a ser amigos dos años después…) la mayoría de las historias ya han sido contadas, porque las vallas no dejan ir más allá. Pero, y por suerte, editoriales como BOOM Studios! Ofrecen un campo de juego completamente distinto, uno en el que los autores pueden ser, a su vez, creativos, donde se permiten lujos como los anteriormente mencionados, donde logran sorprendernos y recordarnos porqué estamos en esto de los cómics.