Imaginad la situación: un mundo donde por un puñado de billetes puedas conseguir tener superpoderes. E imagínate en esa tesitura: ¿Serías un superhéroe, o un supervillano? Pues en la mayor parte de los casos, el poseedor de esos superpoderes se decantaría por emplearlos para su propio beneficio, no nos engañemos… Y la policía debe hacer su trabajo. Así que imaginaos –es un decir- a una dotación de antidisturbios enfrentándose, por ejemplo, a un piroquinético, o a un ser de prodigiosa fuerza y parcialmente invulnerable, o a un telépata… Pues sí, es en ese momento en el que te das cuenta de que el pertenecer a las fuerzas de seguridad es un auténtico riesgo suicida.
El estado de la situación se resume en la primera página: “Eran cinco. Contra… No sé, 30 de nuestros polis, con una unidad de francotiradores aérea y un grupo de fuerzas especiales venidas desde el cajón. Así que, ¿qué quieres que te diga? Ha sido una masacre.” Y lo fue, pues veremos las circunstancias en las que el compañero de Leo, John, casi pierde su brazo derecho, así como la muerte del superhéroe “Extended Remix” a manos de la supervillana “Memento mori”. Por otra parte, cuatro de los cinco villanos implicados escapan merced a la intervención de “Diva”, una suerte de villana de grandes poderes casi omnipotentes.