Reseña de “Sex Vol.1: Ese verano largo y duro“:
Volver al hogar puede, en ocasiones, ser más duro que partir de él. Algo de esto le ocurre al millonario Simon Cooke cuando contempla de nuevo los inabarcables rascacielos de la que fuera su ciudad, Saturn City. Abandonó su empresa, una multinacional, a sus amigos y sobre todo, dejó atrás a El Santo, su alter ego. Una coraza tras la que se escondía, repartiendo justicia entre los bajos fondos de la ciudad, cuyas raíces estaban (y siguen estándolo) podridas.
Aquella armadura metálica impidió que se desarrollara como persona y todo lo que experimentó fue a través del yelmo que ocultaba su rostro. ¿Y ahora qué? Perdido, desconcertado, debe tomar las riendas de sus negocios e inevitablemente se va a dar de bruces con retazos de su pasado, como la atractiva Annabelle Lagravenese, con la que mantuvo una peculiar relación cuando ella saltaba de azotea en azotea, metida en la piel de la peligrosa Shadow Lynx. Pero el tiempo ha pasado y Annabelle es la dueña de un prostíbulo de lujo y no tiene más remedio que lidiar con los efectos colaterales de su carrera tras una máscara.