A los lectores de Aleta no les sorprenderá el que Dark Horse esté revolucionando su universo superheroico y dotando de nueva vida a unos personajes que, parecía, se habían quedado olvidados en los años 90. El buen trato que Dark Horse ha dado a los autores ha posibilitado que estos nos regalen títulos tan interesantes como Capitán Midnight, X, The Victories, Bandette o la recuperada Sabueso, pero aún queda mucho por conocer del nuevo universo superheroico de Dark Horse y Brain Boy es uno de los títulos más inesperados.
Este personaje dio sus primeros pasos en la editorial Dell Comics en 1962 de la mano de Herb Castle y Gil Kane, aunque tan solo vivió durante 6 números antes de desaparecer. Eso sí, algo debió de ver el público en Matt Price (Brain Boy) ya que el propio Alan Moore lo nombró en The League of Extraordinary Gentlemen: Black Dossier.
En su primera encarnación Brain Boy adquirió sus poderes después de que su familia sufriese un accidente de coche en el que murió su padre y Matt adquiriese poderes mentales (telepatía, levitación y control de mentes) y, una vez graduado del bachillerato fue captado por otro telépata para trabajar con una agencia gubernamental secreta en su lucha contra el comunismo y los enemigos de la libertad. Lo realmente sorprendente, para la época, fue que Matt podía asesinar a gente con su cerebro y además salía con una chica no-blanca, un escándalo para la época.
En Dark Horse decidieron apostar por Brain Boy y tras publicar el material clásico se publicó la nueva serie que estableció, desde sus inicios, lazos con la serie del Capitán Midnight, y es que tras la muerte de sus padres será criado por Albright Industries, la compañía del Capitán Midnight. Detalles como este se están viendo por las series de Dark Horse en un intento de establecer una conexión entre sus series superheroicas, construyendo, con paciencia, un universo cohesionado.
¿Pero cómo es Matt Price? Pues es posiblemente el telépata más poderoso del mundo, capaz de detener a un terrorista incluso antes de que compre un arma, pero también se ve sobrepasado en ocasiones por las “voces” de la gente a su alrededor. Eso sí, Price tiene claro que está muy agradecido de la vida de lujo, mujeres y fiestas que obtiene gracias al uso de sus poderes al servicio del Gobierno.
El equipo de el primer volumen que publica Aleta ahora está compuesto por el talentoso Fred Van Lente y por un más que interesante dibujante R. B. Silva. Fred Van Lente es, posiblemente, uno de los próximos guionistas que está a punto de deslumbrar a las Grandes con su trabajo, contratado para guionizar en, al menos, cuatro editoriales al mismo tiempo. Van Lente está escribiendo en la actualidad títulos como Magnus, Robot Figther (Dynamite), Archer & Amstrong y The Delinquents (Valiant), Howtoons (Image), Conan the Avenger y Brain Boy (Dark Horse). Que cuatro editoriales estén tan convencidas de la calidad de sus historias no es decir poco, pero que en Dark Horse le diese a él los guiones para el Proyecto Black Sky (el primer cross-over del nuevo universo superheroico de Dark Horse, del que os hablaremos en otro artículo) sí que demuestra que algo bueno ha hecho para conseguir semejante honor:
R.B. Silva es un joven talento que comenzó en Marvel Comics con el primer número de Timestorm 2009/2099, algunos de War Machine y dar entonces el salto a DC Comics, donde comenzó dibujando un número de los Seis Secretos para continuar su trabajo en Action Comics (donde incluso escribió tres números), deslumbrando con sus lápices en Superboy, tras un nuevo y breve coqueteo con Marvel en X-Men: Earth’s Mutant Heroes. Su trabajo en Superboy es el que consigue ganar la atención de crítica y público, algo que compaginó con el dibujo de Brain Boy, pero que no pudo repetir con la segunda miniserie (ya que en DC le saturaron de trabajo al comprender que era capaz de realizar varios encargos al mes), así que ha acabado trabajando en varios números de Worlds’ Finest, uno de la Justice League of America, el anual de los Teen Titans, y, actualmente, la serie regular Red Hood and the Outlaws.
Ambos son un perfecto ejemplo de lo que buscan en Dark Horse: creadores talentosos en busca de un lugar donde brillar sin que las restricciones editoriales frenen cualquier idea o proyecto. Y Brain Boy es el perfecto ejemplo de cómo salen las cosas, cuando se hacen bien.
Podéis ver un previo de Brain Boy en la web de Aleta.