Aunque no sea un título que goce del conocimiento general el aficionado, Eternal Warrior es el relanzamiento de una serie creada por Jim Shooter y por la que pasaron Barry Windsor-Smith o John Ostrander.
Greg Pak, no obstante, asume la labor con carácter y valentía, plantea un espléndido primer episodio y pega el primer gran salto temporal, comparable al que ya se anuncia al final de este arco argumental de cuatro números que forma este primer volumen. El resultado es un entretenido cómic de fantasía que juega francamente bien con el tiempo, con la mitología y con las relaciones familiares, mezclándolo todo en su justa medida y sin sentir la necesidad de inventar nada. ¿Para qué, si la fórmula funciona con tanta eficacia?
Pak simplemente se deja llevar por los personajes y la situación que ha propuesto, dejando que la espectacularidad la pongan sus dibujantes. Y ahí radica otro de los aciertos de una serie que está dibujada principalmente por Trevor Hairsine pero que cada vez que cambia el escenario y el tiempo cede sus páginas a otro ilustrador diferente, contribuyendo de una manera fantástica a que esos saltos espacio-temporales que hay en la historia los reciba el lector con un ingrediente más. Eternal Warrior no es la revolución de nada, pero es uno de esos tebeos tan bien hechos y sin más pretensiones de generar disfrute que se leen en un suspiro.