Leer algo de Dynamite Comics es, en la mayoría de los casos, una impredecible explosión. Hay de todo, aunque la calidad de sus títulos suele estar por encima de la media. Aleta Ediciones, una editorial que está haciendo algo grande en nuestro país, consiguiendo poner a disposición del lector obras de gran calado como ésta, obras… con no mucha publicidad pero que llegan a ser muy grandes. ¿El caso? Masks, de Chris Roberson, Dennis Calero y el maestro entre maestros del dibujo, Alex Ross. Sí, ese tío que dibuja a los superhéroes y los dota de una realidad casi palpable.
Nunca tuve nada en contra de Dynamite, simplemente casi nunca me metí en cualquiera de sus historias. Pero ay friends, la cubierta de Masks es tan increíble, Alex Ross (cantidad de obras, pero por encima de todo Justice y mi amada Astro City) es tan magnífico. ¿Quién puede decir no, a algo así aun sin saber ni papa del guión?
El argumento de Masks no es una idea original. Está basada en una trilogía de novelas pulp escritas por Norvell Page publicadas en 1938. Por entonces, los guiones tenían como único protagonista a The Spider. La decisión de Dynamite de crear un punto de partida de una historia pulp salió de Chris Roberson. Su intención era desarrollar personajes queridos, e ir sumando más caracteres añorados por muchos de nosotros. Juntarlos. Y que el lector vibrara al ver lo que muchos en sus sueños de niño imaginó ver reunidos en un sólo grupo.