El ciclo de la vida que tanto nos enseñó el rey león se ha truncado en un pueblo de wisconsin: 23 personas fallecieron el 2 de enero en la pequeña localidad rural, y 23 personas se “levantaron” a la mañana siguiente como si nada hubiera pasado. ¿Es este un cómic más sobre zombis y apocalipsis? Si una cosa tengo clara después de haberme leído y releído este primer tomo es que poco o nada tienen que ver George A. Romero y sus colegas putrefactos con la historia que se nos plantea aquí…
Acompañadme y estad alerta, que si una cosa nos han enseñado todas esas pelis, series y cómics de muertos vivientes es que los peores tiburones son los que están fuera del agua. Además, que estos “muertos” no sean comedores de carne no quiere decir que sean majos y buenos…¿o sí?
En primer lugar, lo que me ha llamado la atención de este Revival ha sido la vuelta de tuerca que Seeley y Norton le han dado al mito: Aquí no hay zombies, sino “resucitados”. Esas 23 personas que revivieron se hayan desorientadas e intentan retomar las tareas que llevaban anteriormente (algunas con más acierto que otras), pero entre éstas os aseguro que no estaba la del gusto exquisito por los cerebros. Sin embargo, la pareja de artistas nos deja entrever que ese viaje que solo debía ser de ida ha cambiado a estos habitantes de una forma u otra, y todos parecen tener algo que esconder y algún asunto pendiente (¿Habrán vuelto por esto?).